¡Buenos días!
¿Te acuerdas de la anterior entrega de 5 cosas? Si, si, esta entrada en la que te contaba las cosas que me encantaría hacer pero nunca me atrevo.
Pues hoy te explico justo todo lo contrario
Porque resulta que al final era cierto eso de "nunca digas nunca jamás" y todos hemos tenido que tragarnos nuestras palabras alguna vez y recular.
Allá voy
1.Perder el contacto con mis amigos de la universidad
Los amigos de la universidad son los mejores, me decían.
No vamos a dejar de llamarnos nunca, nos decíamos nosotros.
Y lo hicimos.
Por circunstancias de trabajo, de familia y de la vida en general, cada uno está en una punta y hace años que no sabemos nada los unos de los otros.
2.Ser desordenada
Siempre fui la alumna más organizada de mi clase, la trabajadora más organizada de mi oficina (soy la única chica así que eso era fácil :P) y la mujer más organizada de mi casa.
Hasta que llegaron ellos.
Paula y Sergio trastocaron mi estructura organizadora y, aunque aún tengo bastante orden, hay cosas que no hay por donde cogerlas.
Siempre pongo como excusa el tiempo pero no es verdad. Mi "cajóndiminuto donde no cabe nada de scrapbooking" tiene tantas cosas que es imposible de ordenar.
Y total, ya me he acostumbrado a verlo así.
Quién me ha visto y quién me ve.
Otro día si eso ya te cuento como están los tropecientos cajones de juguetes :S
3.Hablar como mis padres
Ay, ay, ay... este punto le va a encantar a mi madre cuando lo lea.
Pues si, de esto también tienen la culpa Paula y Sergio (vaya, ya les han caído dos).
Tooodos pensamos en la adolescencia que jamás de los jamases seremos como nuestros padres. Hasta que tenemos hijos y, sin querer y casi sin darnos cuenta, nos convertimos en ellos y nos pasamos el día repitiendo lo mismo que odiábamos que nos dijeran.
"Baja de ahiiii, que como te caigas encima cobras"
"Ni mamá ni mamá, que no te lo compro y punto"
Y mi favorita, sin duda, porque es la frase que más decía (y todavía dice a menudo) mi padre
"¿Pero por qué están todas las luces de la casa encendidas? ¿Es que no sabéis apagar la luz o qué?
Soy como ellos. Lo sé. Y me encanta :)
4. Casarme
Esto me duró poco tiempo pero hubo una época en la que no quería casarme por nada del mundo.
¿Casarme? ¿Para qué? Uuuf, calla calla... Yo quiero ser una mujer moderna, trabajadora, independiente, que hace lo que le apetece...
Un año me costó organizar mi boda.
El mejor día de mi vida del que no cambiaría ni un segundo.
5. Mezclar marrón con negro
Sigo teniendo las mismas manías que te conté aquí y sigo pensando que estos dos colores quedan fatal juntos, pero mis minutos son super valiosos y ahora ya no pierdo el tiempo en cambiar de bolso según la ropa que lleve (que antes de Paula y Sergio era algo que sí hacía - y con esta ya les caen tres culpas a mis retoños, pobretes) así que salgo todos los días con el mismo bolso marrón y listo.
Luego me veo y no me gusta pero bueno... tampoco es para tanto (al final me acostumbraré bah, no creo, queda horrible, jejeje...)
Y hasta aquí mi parte. Ahora, si te animas, me encantaría saber cuáles son las 5 cosas que pensabas que no harías jamás pero en las que finalmente has caído.
Sólo tienes que dejar tu enlace a continuación. No hay plazos, ni límites de ningún tipo. Cuando te apetezca lo añades y compartes tu experiencia.
Y ya que te pones, quizá te apetezca unirte a las entradas anteriores de la iniciativa.
Mil gracias como siempre por leer hasta aquí.
Un besazo y feliz fin de semana
¿Te acuerdas de la anterior entrega de 5 cosas? Si, si, esta entrada en la que te contaba las cosas que me encantaría hacer pero nunca me atrevo.
Pues hoy te explico justo todo lo contrario
Porque resulta que al final era cierto eso de "nunca digas nunca jamás" y todos hemos tenido que tragarnos nuestras palabras alguna vez y recular.
Allá voy
1.Perder el contacto con mis amigos de la universidad
Los amigos de la universidad son los mejores, me decían.
No vamos a dejar de llamarnos nunca, nos decíamos nosotros.
Y lo hicimos.
Por circunstancias de trabajo, de familia y de la vida en general, cada uno está en una punta y hace años que no sabemos nada los unos de los otros.
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Visto aquí |
Siempre fui la alumna más organizada de mi clase, la trabajadora más organizada de mi oficina (soy la única chica así que eso era fácil :P) y la mujer más organizada de mi casa.
Hasta que llegaron ellos.
Paula y Sergio trastocaron mi estructura organizadora y, aunque aún tengo bastante orden, hay cosas que no hay por donde cogerlas.
Siempre pongo como excusa el tiempo pero no es verdad. Mi "cajón
Y total, ya me he acostumbrado a verlo así.
Quién me ha visto y quién me ve.
Otro día si eso ya te cuento como están los tropecientos cajones de juguetes :S
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Visto aquí |
Ay, ay, ay... este punto le va a encantar a mi madre cuando lo lea.
Pues si, de esto también tienen la culpa Paula y Sergio (vaya, ya les han caído dos).
Tooodos pensamos en la adolescencia que jamás de los jamases seremos como nuestros padres. Hasta que tenemos hijos y, sin querer y casi sin darnos cuenta, nos convertimos en ellos y nos pasamos el día repitiendo lo mismo que odiábamos que nos dijeran.
"Baja de ahiiii, que como te caigas encima cobras"
"Ni mamá ni mamá, que no te lo compro y punto"
Y mi favorita, sin duda, porque es la frase que más decía (y todavía dice a menudo) mi padre
"¿Pero por qué están todas las luces de la casa encendidas? ¿Es que no sabéis apagar la luz o qué?
Soy como ellos. Lo sé. Y me encanta :)
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Visto aquí |
Esto me duró poco tiempo pero hubo una época en la que no quería casarme por nada del mundo.
¿Casarme? ¿Para qué? Uuuf, calla calla... Yo quiero ser una mujer moderna, trabajadora, independiente, que hace lo que le apetece...
Un año me costó organizar mi boda.
El mejor día de mi vida del que no cambiaría ni un segundo.
¡Esta soy yo! |
Sigo teniendo las mismas manías que te conté aquí y sigo pensando que estos dos colores quedan fatal juntos, pero mis minutos son super valiosos y ahora ya no pierdo el tiempo en cambiar de bolso según la ropa que lleve (que antes de Paula y Sergio era algo que sí hacía - y con esta ya les caen tres culpas a mis retoños, pobretes) así que salgo todos los días con el mismo bolso marrón y listo.
Luego me veo y no me gusta pero bueno... tampoco es para tanto (
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Visto aquí |
Sólo tienes que dejar tu enlace a continuación. No hay plazos, ni límites de ningún tipo. Cuando te apetezca lo añades y compartes tu experiencia.
Y ya que te pones, quizá te apetezca unirte a las entradas anteriores de la iniciativa.
Mil gracias como siempre por leer hasta aquí.
Un besazo y feliz fin de semana
